sábado, 1 de octubre de 2011

Un viaje a la nada, capítulo 1.

Decidió que su vida no valía la pena, pensó que ya nada podía mejorar al tiempo que veía como su pequeño mundo se derrumbaba a sus pies, sintió desvanecerse el poco optimismo que le quedaba y como las últimas fuerzas que residían en su ser se agotaban por completo, como su espíritu se declaraba en huelga y se negaba a seguir firme, como su cordura se doblegaba y la dignidad que hasta el momento había conservado armaba las maletas y dejaba el lugar vacante.
Lo único que aún no la había dejado era su cerebro, hubiese sido ventajoso que con ella se hubiera quedado la parte emprendedora y sensata, pero esa parecía haberse extinguido luego de ser bombardeada con las fallidas soluciones que siempre había encontrado.
Su mente, ahora marchita como su alma y corazón, le decía con una voz clara y fuerte cuál era su única salida. Hacía tiempo había empezado a susurrarle la solución, pero su valor la callaba y le decía que aún podía un poco más, siempre se podía un poco más. Pero con el tiempo, su valor, su sensatez, su alegría y optimismo, se habían apagado, haciendo que la voz de la locura se oyera cada vez más fuerte, hasta retumbarle en el vacío que ahora era su ser.
Intentó decirse una vez más que podía seguir, que debía hacerlo, pero las palabras apenas si lograron formarse en su cerebro, entonces, aquella idea la embargo por completo, ''debes acabar con todo, ponerle un alto a tu sufrimiento, y no me digas que siempre se puede seguir adelante, porque ya ves como te resultó aquello, si me hubieses hecho caso antes, quizás ahora tu irías en paz contigo, con la dignidad que perdiste, y no dejarías un cuerpo demacrado y agotado en el suelo de tu departamento. No seas cobarde, la muerte no es sino lo mejor que podría pasarte, y bien lo sabes''.
Ni siquiera intentó contradecirse ésta vez, su locura había triunfado sobre ella misma de una vez por todas y para peor, eso no le molestaba en lo absoluto. ''Morir no debe estar tan mal después de todo'', se dijo mientras contemplaba su apartamento, que ahora a diferencia de meses antes, estaba sucio, oscuro y lleno de sus penas.
Se puso de pie y se alejó del sofá donde se encontraba arrinconada, caminó a su habitación en busca de su liberación: su amargo y ansiado final se encontraba a un pote de píldoras de distancia.
Comenzó a buscar y no tardó mucho en dar con el preciado objeto, entonces salió hacia la cocina en busca de un vino añejo que guardaba para ocasiones especiales para bajarlas.
''No puedo irme así como así sin dejar nada, debo despedirme, cómo sea'', pensó, y dejó las pastillas y la botella en la mesada, fue en busca de una hoja y una lapicera y comenzó a escribir su despedida. A medida que el papel se iba acabando, más y más lágrimas surcaban sus mejillas, pero de arrepentimiento, ni una pizca.
Cuando hubo terminado al fin, tomó un baño y ordenó un poco el living, no quería que su apariencia y entorno reflejaran tanto la miseria en que se había convertido su vida cuando la encontraran.
''¡Ya déjate de dar vueltas y tómate las malditas píldoras!'' exigió su cabeza, entonces, se dejó caer nuevamente en el sofá, con la botella en una mano y las pastillas en la otra.
Tomó la primera en su mano y la depositó en su boca, con solo un poco de esfuerzo mental, llevó la botella a sus labios y la bajó. Luego le siguió otra, más tarde dos, tres, cinco, y pronto, el frasco se había terminado, y la botella igual.
''Debí haberme tirado en la cama, lo primero que encuentren al entrar será mi asqueroso cuerpo'', pensó, y trató de ponerse de pie, pero era tarde, las pastillas comenzaban hacer efecto, entonces no logró dar un paso y cayó dormida al suelo, sumergiéndose rápidamente en un sueño del que jamás despertaría.

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Está sin editar... so (?

sábado, 26 de marzo de 2011

Crónicas de una mente catastrófica I

Entró a su habitación, no soportaba más, gritos, discusiones, peleas, más y más peleas.
Sentía como cada grito le penetraba el corazón, el alma, desgastándola desde adentro, matándola a sangre fría, con más dolor del necesario, con más dolor del que podía soportar.
Cerró la puerta de forma violenta, como intentando descargar así las emociones que la desbordaban, más no se sintió mejor con ello. Se desplomó contra ella y rompió en llanto, intentando lavar con sus lagrimas el dolor que se disipaba por todo su ser, pero no lo conseguía, solo parecía desparramarlo más y más con cada lágrima.
No conforme con esos inútiles intentos de descargo emocional, se paró y corrió hacia un pequeño mueble, donde descansaba una pequeña caja de madera con candado. La abrió y buscó en ella el objeto tan deseado.
Miró por breves segundos la pequeña, pero filosa, hoja de afeitar, como inspeccionándola, como dándose el valor necesario para hacer lo que necesitaba.
Cerró la caja y corrió a su cama, se arrinconó en ella y tomando con cuidado la navaja, penetró su piel, deslizándola con firmeza, provocando un trazo recto, perfecto.
El dolor físico que sentía no se comparaba para nada con el dolor emocional que sentía.
La sangre no se hizo esperar, la liberación tampoco.
Arrojó el instrumento lejos de ella y se tomó la cabeza con ambas manos; se odiaba por ser tan idiota, pero sabía que no había nada que hacer. Eso no la hacía feliz, ni resolvía mágicamente todos sus pesares, pero ayudaba, la ayudaba y a la vez solo la hundía más y más.
Habían días en los que se sentaba a pensar, a pensar sobre su vicio, sobre su ''cura''. Ella podía notarlo, cada vez necesitaba más del filo, cada vez debía hacerlos más profundos, más seguidos y en más cantidad. Eso la llevaba a hacerse preguntas, a plantearse cosas, a imaginar soluciones, pero nada que pensara servía. Ella sabía muy bien, debía dejarlo, pero no podía, era extraño y aterrador, casi siniestro, pero la navaja se había tornado en su mejor amiga, su sabía consejera, su fiel acompañante, el hombro donde llorar que nunca se le había prestado, el abrazo que siempre se le había negado. En ella, en la auto-lesión encontraba todo lo que quería y todo lo que necesitaba, pero no podía dejar de hacerse una pregunta, una pregunta cuya respuesta le aterraba, pero debía admitir, muchas veces le resultaba atractiva, peligrosamente atractiva... ¿qué pasaría si un día los cortes ya no sirvieran?


Choto.com :)

martes, 15 de febrero de 2011

Acabé mi lucha con el blog y gané :D (:woot:), el fondo esta como quería :wub: o por lo menos en el lugar que quería xD

El contador va:
Belén - Blog    
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Vamos a ver como queda cuando después me decida que poner en el título xD

La muerte de Leonor

Esa mañana se despertó muy temprano y se durmió muy tarde, una idea fija en su cabeza no le permitió descansar más.
Se levantó de su tibia y acogedora cama muy rápidamente, a pesar del frío que la helaba hasta los huesos, ya no habían rastros de sueño en su rostro, pero la idea, esa idea aún seguía vigente en su mente.
¿Qué sucedería con ella cuando él estuviera lejos?
Se sentó en un sillón de su living, su mente trabajaba a velocidades impresionantes, y eso comenzaba a dolerle. Más entonces se levantó y caminó hacia la cocina, tomó una pastilla que bajó con un poco de agua y cayó sentada con la botella en su mano, resbalando apoyada en la puerta de la heladera, hasta llegar al piso.
Su vista quedó perdida en la pared, fija en ella, su mente en cambio, ya no se encontraba en su cocina.
 Debes olvidar  dijo una voz en su cabeza, pero muy pronto la misma se apagó entre tantas otras que traían a su mente miles de cosas que no quería recordar, no ahora, pero sin embargo ahí estaban, listas para torturarla, como toda aquella oscura y eterna noche.
De repente algo interrumpió esos pensamientos, en ese momento no supo si agradecer o maldecir aquella interrupción, sin pensar demasiado y casi mecánicamente se levantó dejando la botella destapada tirada en el suelo, empapando el espacio donde ella había se encontraba sentada sentada.
Sin ganas atendió el teléfono que sonaba de forma incesante. 
 Mi vuelo sale en 15 minutos  dijeron del otro lado. 
Su respuesta fue un largo silencio.
 Solo quería que lo sepas.  musitó la misma voz.
Ella apretó el tubo del aparato con más fuerza, cerró sus ojos con fuerza por un momento y los volvió a abrir.
 Te amo.  concluyó él y al ‘‘ver’’ que ella no contestaba, colgó. Esta vez la voz de aquel hombre se oía muy afectada, al borde del llanto o la desesperación, pero a ella pareció no importarle.
Colgó también y se dirigió a su habitación. El extraño zumbido que sentía por las voces y los recuerdos en su cabeza había desaparecido, las últimas palabras de aquel hombre parecía que la había hecho olvidar todo, incluso el hecho de que ya no volvería a escuchar su voz.
Antes de acostarse nuevamente en su acolchonada cama, recordó por última vez el rostro de su amado y luego se sumió en un profundo sueño. Ya no habían pensamientos que la atormentaran, su mente se encontraba en blanco.
Ya no había nada por decir o hacer, la pastilla había hecho efecto y ahora su alma no se encontraba en aquella habitación vacía dentro de su inerte cuerpo, ya no estaba en ese lugar sin vida ni color, no. Ahora se encontraba mucho más lejos, en un lugar que nunca se animó a imaginar siquiera.
El cuerpo de Leonor fue encontrado sin vida dos días después, los forenses dijeron que había fallecido hace dos días, pero estaban equivocados, ese día su corazón dejó de bombar sangre, ella había fallecido diez días antes, cuando su novio le había confesado que debía irse de su lado para siempre.


No me gusta D: horrible, pero en fin :)

lunes, 14 de febrero de 2011

Welcome :) (?

Tercer blog desde esta cuenta. (?
Ya tengo uno para fics de Green Day, tengo otro para mí vida personal(?, solo me faltaba uno para subir historias que se me ocurran, :)

Bueno, y eso(?, acá voy a publicar historias que flasheo en cualquier momento, la mayoría supongo que serán cortas :B, y más que historias son ''capítulos'' o ''escenas'' por decirlo de alguna forma, y en fin, eso :3
En la semana o el fin de semana subiré una que escribí hace un tiempo, es corto y choto, pero como nadie va a leer no importa :3 (? xD